Los Derechos Sexuales y Reproductivos son una parte esencial de los Derechos Humanos, ya que garantizan a todas las personas la posibilidad de vivir su sexualidad y tomar decisiones sobre su reproducción de manera libre, informada y segura. Estos derechos no solo protegen la salud y el bienestar, sino que también promueven la igualdad, la autonomía y el respeto por la diversidad.
En esta capsula informativa, exploraremos la importancia de la sexualidad como un aspecto natural y presente en todas las etapas de la vida, así como la relación entre género, cultura y el ejercicio de estos derechos. También abordaremos los principios fundamentales que los sustentan, como la libertad, la igualdad, el acceso a la salud y la educación, y el rol de instituciones como los Centros Ciudad Mujer en su garantía y protección.
Comprender y defender los Derechos Sexuales y Reproductivos es clave para avanzar hacia una sociedad más equitativa, donde todas las personas puedan ejercer su sexualidad sin discriminación, violencia ni barreras impuestas por normas culturales o sociales
La sexualidad es una parte fundamental de la vida humana. Está ligada a nuestra capacidad de experimentar placer, expresar afectos y descubrir quiénes somos. Desde el momento en que nacemos, la sexualidad está presente en todas las etapas de nuestra vida: niñez, juventud, adultez y vejez, y se manifiesta de distintas maneras en cada fase.
Es importante entender que, como seres sexuados, no debemos sentir vergüenza al hablar sobre nuestra sexualidad. Es un tema esencial en nuestras vidas, que no se limita únicamente a las relaciones sexuales o al contacto genital, ni a la reproducción en términos de embarazo. La sexualidad y la reproducción abarcan nuestro cuerpo, nuestras emociones, sentimientos, pensamientos, actitudes y la forma en que nos relacionamos con nosotras mismas y con los demás. También están profundamente conectadas con nuestra autoestima y el ejercicio de nuestros derechos.
La sexualidad está íntimamente relacionada con el género, es decir, con los roles que la sociedad asigna a hombres y mujeres. Cada persona vive su sexualidad y reproducción de manera diferente, no solo por sus características biológicas, sino también por los modelos culturales de masculinidad y feminidad que definen la forma en que se deben vivir. La cultura a menudo discrimina otras expresiones de la sexualidad, como la homosexualidad, la sexualidad en la niñez y adolescencia, o la sexualidad de las mujeres más allá de la menopausia. Esta discriminación ha afectado negativamente el ejercicio de los Derechos Sexuales y Reproductivos de ciertos grupos.
Los Derechos Sexuales y Reproductivos son derechos humanos aplicados a la sexualidad y la reproducción de todas las personas. Estos derechos buscan garantizar que todas las personas, independientemente de su edad, sexo, etnia o situación económica, puedan ejercer su sexualidad y tomar decisiones sobre su reproducción de manera libre, informada y sin violencia.
El ejercicio pleno de estos derechos permite un verdadero ejercicio de ciudadanía, no solo en el sentido de participar en elecciones públicas, sino también en la capacidad de decidir sobre el propio cuerpo y su sexualidad. La salud sexual está directamente ligada a la protección y cumplimiento de los derechos humanos.
Algunos de los derechos fundamentales para la salud sexual y reproductiva son:
Para que los derechos de las mujeres sean respetados es fundamental que el personal de las instituciones estatales conozca y se comprometa con estos derechos. La Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) establece que los profesionales de la salud deben cumplir con principios de competencia, respeto por la autonomía y responsabilidad con la comunidad.
La salud sexual y salud reproductiva son elementos integrales del derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. Son muchos los obstáculos que se interponen entre las personas y su disfrute de la salud sexual y reproductiva, sin embargo, también son muchas las acciones afirmativas para garantizar el derecho a ejercer el libre control sobre nuestra sexualidad y reproducción sin sufrir discriminación, coacción ni violencia.
Una de estas acciones es el Programa Ciudad Mujer que aborda este eje de manera integral en cada uno de sus servicios particularmente desde el Módulo de Atención en Salud Sexual y Reproductiva como un espacio específico que garantiza el acceso a este derecho.